El motivo fundamental que me llevó a escribir este libro no fue otro que la necesidad de expresar mi disconformidad con la manera habitual de enjuiciar a ciertas personas de indiscutible relevancia social, política y cultural, haciéndolas responsables de algún -ismo, como es el caso del maquiavelismo con Maquiavelo, que unas veces tiene connotaciones favorables, sobre todo según las circunstancias, y otras peyorativas. Y quedan ahí, para que las utilicemos irreflexivamente, sin ningún tipo de reflexión complementaria, porque se parte del supuesto de que todo está ya dicho y bien dicho.